Quién es quién
Javier Botet es uno de esos personajes extraños que seguramente viste en más de un film, pero no tenés idea de haberlo hecho siquiera.
En el año 2005 estaba haciendo un curso de Fx y se ofreció al profesor para que lo emplee, dada su particular fisionomía. Así consiguió el papel del humanoide en la cinta Bajo las aguas tranquilas (Beneath Still Waters, 2005).
Pero el papel que lo lanzó a la vista del público masivo llegó dos años después. Fue en realidad un rol pequeño y bajo la dirección de Jaume Balagueró y Paco Plaza, Javier dio vida a la niña Medeiros en REC (Rec, 2007).
Este muchacho, que el pasado mes de julio cumplió los 37 años, accedió a las preguntas de este admirador. Así que vamos a lo que realmente les interesa.
Ping-pong de preguntas y respuestas
A pesar de ser una figura internacional te mantenés humilde ¿Qué contratiempos te trajo la fama? (Además de ser atosigado por un grupo de fanáticos argentinos).
No noto ningún contratiempo. A veces me para algún aficionado para halagarme, alguna foto, algún mail, pero pocas cosas. El trabajar normalmente bajo tanto maquillaje me mantiene en un nivel de bajo reconocimiento directo. Es agradable que de vez en cuando me reconozcan, mas no sé cómo sería de agradable o incómodo.
El pasado es historia
Don J estudió Bellas Artes (se recibió en el 2001) y es un gran ilustrador. Pueden ver algunos de sus trabajos en su blog www.botetart.blogspot.com (hace rato que no sube nada, pero de todas formas se puede apreciar que el tío tiene talento).
Tenías 21 años cuando ganaste el premio Nacional de Cómic. Al año siguiente, obtuviste el primer accésit del premio nacional INJUVE ¿Cómo imaginabas tu futuro en aquel momento?
Siempre, desde pequeño sentí que a niveles creativos me encontraba capacitado para destacar y me hacía feliz cualquier tipo de materia artística. Es por lo que más agradecido estoy: Por saber lo que me gusta y poder ganarme la vida con ello.
Ilustraba y empecé a dibujar para editoriales y algunas empresas de diseño o animación. Pero, en mi tiempo libre, siempre dedicaba algún momento a rodar mis cortos con amigos.
Nunca tuve claro en qué materia concreta sería, pero sí que me iría medianamente bien. Desde pequeño he tenido mucha autoestima a nivel artístico debido a la constante respuesta positiva de mi entorno.
Los años que escribiste y dirigiste tus proyectos (El cortometraje Star Love en el 2010 y uno de los episodios en “Al final todos mueren” en el 2013) fueron también tus temporadas más activas ¿cómo balanceaste tu vida para poder hacer todo?
Perdemos mucho tiempo, de hecho yo pierdo mucho tiempo. Si haces algo cuando surge el impulso de hacerlo tienes una energía y una frescura que suele funcionar, al menos a mí me funciona. La mayor cantidad de las cosas que he hecho han carecido de preliminares y eso hace que me ocupen poco tiempo, pero todo lo audiovisual suele parecer eterno al quedar ahí para siempre. Así que, en realidad, parece que he hecho muchas cositas entre ilustración, cortos y demás, pero no es así. Lo que pasa es que mucha gente hace menos todavía.
Javier, detrás del espejo
Después de la notoriedad que obtuvo por su papel en REC y sus secuelas, logró ingresar a la meca del cine occidental. Así es como participó en Mamá (Mama, 2013) y Crimson Peak (en postproducción actualmente y sin título aún en español).
¿Es Hollywood, realmente, una picadora de carne o disfrutaste y recomendás la experiencia?
Bueno, hoy en día, el 60 % de las películas de Hoollywood se ruedan afuera (De EE. UU.). Allí se incuba y se exporta el rodaje por razones económicas, así que es muy fácil tener una carrera larga y productiva visitando tan solo 10 minutos el Hollywood real. En cuanto a ese espíritu, solo puedo decir cosas buenas. Se trabaja como maquinas, hay dinero y orden para hacer que todo llegue a buen puerto en la fecha correcta, o para minimizar cualquier percance del proceso. Uno se siente más cómodo y protegido. Ojalá aquí, en España, se respetase y entendiese tan bien la industria.
Si pudieras, ¿cambiarías alguna de las decisiones que tomaste sobre tu carrera profesional?
Solo querría haberme mudado a Madrid antes, hasta que me vine a vivir aquí en el 2002 todo era más lento y costaba mucho encontrar gente afín con la cual estimularte y desafiarte. Anteriormente viví en sitios más pequeños (Ciudad real, Cuenca, Almería y Granada)
A finales del año pasado dijiste (en una entrevista) que estabas dibujando y diseñando un video juego ¿Sigue en pie?, ¿cuándo es la fecha de lanzamiento?, ¿cómo fue para vos esa experiencia?
Fue ilusionante. Pero, como cualquier proyecto, puede caerse en cualquier momento y algo parecido surgió. Está aparcado pero ya había mucho trabajo de diseño hecho, así que espero que arranque algún día porque sería una lástima, pues estaba quedando muy chulo.
¿Tenés a alguien dentro de la industria gráfica con quien te encantaría trabajar?, ¿y en el séptimo arte?
Por supuesto, desde peque tuve muchas ganas de colaborar con Disney, ya sea diseñando o en algún proyecto de imagen real como actor, sigo deseando que se haga alguna vez realidad.
Por otro lado, hay grandísimos ilustradores a los que admiro y que gracias al séptimo arte he conocido y no solo eso, sino que hemos compartido proyectos (ellos ilustrando y yo dando vida a alguno de sus diseños como ha pasado en Crimson Peak) y hablo de Guy Davis o Chichoni.
Si en el séptimo arte pudiese cumplir mis deseos de colaboración, tendría una carrera enorme pues son muchos: Lars Von Trier, Spilberg, J.J. Abrahams, Woody Allen, James Cameron, mi amiguete Santiago Segura, Almodóvar, Jim Jarmuch, Cronenberg, y un largo etcétera.
¿Cómo ves el panorama del cine fuera de los grandes blockbusters norteamericanos?
Me encanta el cine independiente, el cine comercial y casi cualquier tipo de cine. Debido a la crisis del rubro hay muchos proyectos que caen; pero, por otro lado, la facilidad para crear que aportan las nuevas tecnologías permite que la creatividad encuentre su manera de emerger. Sufro por la industria, pero no por el séptimo arte.
En Crimson Peak, una de las pelis que se vienen de Guillermo del Toro, trabajás junto a tu doble Doug Jones. Una de las pocas personas que posiblemente puede entender tu línea de trabajo. ¿Qué tal fue trabajar con él y con Guillermo?
Doug es la persona más agradable y cariñosa del mundo, es imposible no adorarlo. Ojalá coincidiéramos en todos los proyectos.
Con Guillermo siempre es muy fácil, a pesar de todos los elementos periféricos que componen cada escena de sus grandes superproducciones. Es tan claro y se rodea de gente cercana, sencilla y práctica, que estar con él y rodar se convierte en algo muy fácil y cómodo. Es inteligente, práctico, directo, agradable, sensible y creativamente constante. Es un oro puro para los amantes del cine fantástico (como yo).
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere trabajar en la industria del cine?
Ni idea. Que hagan por mantenerse sanos. Así si tienes la suerte de conseguirlo, puedes hacerlo por muchos años.
La Niña Medeiros
Con tan solo cinco años de edad, un pariente médico notó algo raro en el pequeño Javier al que pronto diagnostican con el Síndrome de Marfan.
Esta enfermedad genética afecta al tejido conectivo que es el responsable (además de dar forma a los órganos, músculos, vasos sanguíneos, etc.) de las amortiguaciones de las articulaciones. Produciendo una hiperlaxitud que permite posiciones aparentemente imposibles para cualquier ser humano.
En Argentina existe la asociación Marfan (www.marfan.org.ar), pero la página parece estar dada de baja.
Ante cualquier consulta o duda sobre el tema, la Fundación Favaloro cuenta con un panel de especialistas multidisciplinario (www.fundacionfavaloro.org).
Para más información online sobre el tema, recomiendo la página española de la Asociación Marfan: www.marfan.es
Javier Botet, el hombre
No voy a mentir diciendo que conozco a la persona, pero lo poco que pude vislumbrar de este hombre es que es humilde, generoso y de gran corazón.
¿Qué pasa cuando el destino mezcla una extraña enfermedad con un gran actor?
Quizás, y con un poco de suerte si las cartas salen en el orden correcto, tenés un pichón de monstruo como Javier Botet.
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